Finalizando el torneo y los contratos, es momento de reflexionar sobre cuestiones de larga data: la continuidad de Carlos Bianchi como entrenador de Boca Juniors y de Juan Román Riquelme como jugador del plantel xeneize. Comencemos por el 10.
El último gran héroe
Las cualidades futbolísticas de Riquelme están fuera de toda discusión. Un tipo de jugador que no se encuentra en nuestro medio no debería someterse a inútiles caprichos sobre gustos o estilos. Como recurso, JR10 es único y entrega una alternativa de la que carecen los otros 19 (pronto 29) equipos de la categoría.
Dicho lo anterior, es fácil sostener la continuidad del jugador. Ahí es donde surge el conflicto. La discusión no se limita al juego; creo que fundamentalmente se orienta al enfrentamiento entre los dirigentes y el jugador, a los supuestos problemas internos en el plantel, a lo que representa como bandera y no como jugador.
No profundizaré en ese terreno porque lo desconozco. Viendo los partidos, Riquelme debe seguir en el club. En los otros ámbitos no puedo asegurarlo.
Más que un virrey
Ya mismo aseguro que Carlos Bianchi debe continuar en el cargo. Además de tener contrato en vigencia, su permanencia es positiva para el club. Si, vamos a repasar sus números desde que llegó en 2013:
* Torneo Final 2013: 18 puntos (19º), 3-9-7, 13/29 -16
* Torneo Inicial 2013: 29 puntos (6º), 8-5-6, 30/21 +9
* Torneo Final 2014: 29 puntos (4º), 8-5-5, 24/15 +9
Totales:
- 76 puntos (eficacia del 45% en general, del 52% en los últimos 2 torneos)
- 67 goles (1,2 de promedio en general, 1,45 en los últimos 2 torneos)
- 19 triunfos, 19 empates y 18 derrotas (16-10-11 en los últimos 2 torneos)
Es cierto, no son los números del primer Bianchi. Ni siquiera del segundo. Pero veamos la proyección: se anticipa que se mantendrá entre los 5 primeros, logrando clasificaciones a las copas; no tiene problemas con el promedio del descenso, por lo que podría continuar con su proyecto sumando juveniles; es mejor la continuidad con lo mencionado anteriormente que comenzar desde cero con otro entrenador, que debe conocer el club mientras es conocido por los jugadores.
Después de tocar fondo el equipo muestra una mejoría clara y que en breve lo llevará al plano internacional.
Si sólo vamos a lo futbolístico, ambos deben continuar. Bianchi desde el banco y Riquelme desde el campo serían capaces de mejorar aún más: clasificaciones a copas y algún campeonato, ¿por qué no?
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